La fresa es una planta perenne de la familia de las rosáceas, conocida científicamente como Fragaria. Es nativa de Europa y se cultiva ampliamente en todo el mundo debido a sus populares frutos rojos y dulces.
La planta de fresa es bajo crecimiento, con hojas trifoliadas verdes y flores blancas. Produce frutos carnosos y suculentos que se utilizan ampliamente en la cocina para hacer postres, mermeladas y en algunas bebidas.
Las fresas son plantas que prefieren climas frescos y temperaturas moderadas. Se pueden cultivar tanto en el jardín como en macetas o contenedores. Requieren un suelo bien drenado y rico en materia orgánica, además de agua regularmente para mantener el suelo húmedo.
La propagación de la fresa puede hacerse a través de semillas, aunque es más común hacerlo mediante estolones, que son tallos horizontales largos que enraízan en el suelo y dan lugar a nuevas plantas. También se pueden comprar plantas de fresa en viveros para iniciar un cultivo.
El cuidado de la planta de fresa incluye la eliminación de malas hierbas, el riego regular y la aplicación de fertilizantes para asegurar un crecimiento saludable. Las plantas de fresa generalmente producen durante varios años, aunque es recomendable renovar el cultivo cada 3-4 años para garantizar frutos de buena calidad.
En resumen, la planta de fresa es una planta perenne que produce frutos deliciosos y se cultiva en muchas partes del mundo. Requiere un cuidado adecuado y condiciones de crecimiento óptimas para obtener una buena cosecha.
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